En estos 125 años de la Pascua de la Madre Teresa Toda le doy gracias a Dios por toda la obra que ella inició, desde una actitud de servicio y sobre todo de amor, acogiendo a niñas huérfanas, a quienes con seguridad les logró cambiar la realidad de vida que tenían, gracias a que puso el sello del amor en todo lo que hizo por ellas.
La Madre Teresa Toda, aún sigue caminando con nosotr@s, sus huellas se notan o están plasmadas en tantas mujeres que, en silencio y con mucha resiliencia, salen adelante en medio de maltratos físicos y psicológicos, recibidos de algunos hombres.
Sus huellas son de oración, servicio, unidad fraterna, entrega a los demás por amor y fortaleza imprimida en su corazón por Dios. Sus huellas han generado muchas Teresas en diferentes partes del mundo, por lo tanto su Pascua sigue dando vida por Amor. (María Victoria Arango- Israel)