Por María Yuneire Ramírez Márquez

En la experiencia realizada con los jóvenes, el deseo como en Emaús, tantas veces nos gustaría que Jesús se quedara junto a nosotros, para darnos consejo, consuelo y afecto; solo necesitamos dar el primer paso, dejarnos sorprender por la vida. Es lo que pide el Señor a nuestros jóvenes y ellos en su acelerado camino por la vida lo necesitaban y ese momento llegó.

Hace cuatro años, 2016, cuando apareció en nuestras vidas, con ese corazón noble, alegre y lleno de esperanza Hermana Luz Marina Osorio, llenándonos del amor en Cristo, siendo fiel testimonio de la filosofía de las Hermanas Carmelitas Teresas de San José y con el acompañamiento del Presbítero Víctor Hugo Cruz Celis, párroco de la iglesia Santísima Trinidad. Los niños y jóvenes de la Institución Educativa San Juan Bosco de Arboledas, se dejaron sorprender por la palabra de Jesús, conociendo, aceptando y valorando su propia realidad, descubriendo el amor de DIOS en sus vidas y en la de los demás. La experiencia nos llenó de vida, abriendo los ojos del corazón a las maravillas de la creación, siendo responsables con la vida que Él nos regaló.

Llegó otro año con experiencias y deseo de abrir nuestro corazón, llenarlo de esperanza, aprendiendo amarnos, respetándonos y valorando nuestra vida. La experiencia de vida nos permitió descubrir la belleza de nuestro corazón (2017). Fue un encuentro con nosotros mismos, dejando a un lado el mundo acelerado y permitiéndonos saber que el amor de DIOS está dentro de nuestro corazón y podemos ser testimonio del amor en Cristo con nuestro actuar.

Hace cuatro años, 2016, cuando apareció en nuestras vidas, con ese corazón noble, alegre y lleno de esperanza Hermana Luz Marina Osorio, llenándonos del amor en Cristo, siendo fiel testimonio de la filosofía de las Hermanas Carmelitas Teresas de San José y con el acompañamiento del Presbítero Víctor Hugo Cruz Celis, párroco de la iglesia Santísima Trinidad. Los niños y jóvenes de la Institución Educativa San Juan Bosco de Arboledas, se dejaron sorprender por la palabra de Jesús, conociendo, aceptando y valorando su propia realidad, descubriendo el amor de DIOS en sus vidas y en la de los demás. La experiencia nos llenó de vida, abriendo los ojos del corazón a las maravillas de la creación, siendo responsables con la vida que Él nos regaló.

Dios es oración, verdad y perdón, ser libres, livianos en nuestro caminar, “deja tu vida en las mejores manos” (2018), fue el mensaje de vida que nos dejó Jesús, el alfarero de nuestra vida. Los niños y jóvenes descubrieron unas manos llenas de amor, honestidad, solidaridad, sencillez, alegría y que con ellas podían construir un mundo mejor. Como un árbol que ramifica, o como el Cuerpo es múltiple en sus miembros, así la vida se ha visto embellecida y enriquecida con las múltiples vocaciones y carismas de sus hijos. Cuando estamos en búsqueda de nuestra vocación puede ser complejo el interpretar el llamado del Señor, por eso sería bueno poder distinguir y clarificar algunas formas que se viven en la Iglesia. Con esto no limitamos los caminos por los que Dios llama, sino que clarificamos, siempre estando abiertos a nuevas formas que el Espíritu promueva. Los jóvenes Arboledanos encontraron en la palabra de DIOS el camino a seguir sabiendo que tienen un propósito de vida para el servicio de la humanidad.

¿Cómo atrevernos a ser luz en un mundo lleno de oscuridad? (2019). En esta oportunidad nos acompañaron las Hermanas Dioselina Tabares y María Guadalupe Casas. Solo la palabra de DIOS nos permite quitarnos la venda de los ojos y del corazón, siendo testimonio de amor, solidaridad, esperanza. Cada uno podemos ser luz en nuestro camino como hijos, hermanos, amigos, estudiantes. Saber que Jesús es la Luz que ilumina nuestras vidas y conocer cuál es la condición para no andar en tinieblas, fue la misión que traían las de hermanas Carmelitas Teresas de San José a la familia Bosquiana.

Gracias, esa palabra tan sencilla pero llena de amor y gratitud por la gran labor que las Hermanas Carmelitas Teresas de San José han tenido con nuestra comunidad Bosquiana y Arboledana. Un trabajo hecho con amor, sencillez, desinteresado y ante todo comprometido es lo que refleja su labor misionera, y los niños y jóvenes lo han recibido con su espontaneidad, alegría, sencillez y nobleza. Solo quedamos en espera de que esta misión sea duradera y de frutos en cada corazón donde la palabra de Jesús se hizo verdad con su testimonio de vida.

Arboledas y la comunidad Educativa Bosquiana las acoge con los brazos abiertos y en espera de su palabra de vida… la palabra de Jesús. “Formamos buenos cristianos y honestos ciudadanos” (San Juan Bosco)